miércoles, 11 de junio de 2008

Pongo algo de música y empezamos... Bien, hace un par de días recibí uno de esos correos en cadena, hasta ahí normal. Cuando vi que otro contacto me envió el mismo desde otra vía de acceso diferente me dispuse a leerlo. Muy a mi sorpresa, no tenía adjunto un archivo de power point, primer punto a favor.

El correo trataba del tema de moda, el precio del gasoil (a partir de ahora cuando citemos esta palabra estaremos haciendo referencia también a la gasofa). La primera premisa se basaba en el poder que tenemos los consumidores para alterar el precio de las cosas. Cosa que puede resultar casi obvia pero que en determinados casos no es del todo cierto. Para empezar, el gasoil hoy en dia no tiene un producto sustitutivo como tal. Mal hecho, y es que ya te cobren el litro de gasoil a 3 euros, lo más seguro es que si quieres moverte tengas que pagarlo, si no directamente, en el incremento del precio del tiket del bus o la tarifa de taxi. Pero saltándonos esto, el correo seguía diciendo que si dejábamos de repostar en las estaciones de servicio de las petrolíferas más importantes del país, estas para no perder cuota de mercado, se verían obligadas a reducir el precio, con lo cuál se volvería al equilibrio y todos contentos. Da la casualidad, que esto no es competencia perfecta, y guste o no guste a los Margaret Tatcher, Ronald Reagan... el Estado es necesario para asegurar el perfecto funcionamiento del mercado, ¡ojo! No hablo de planificación, si no de apoyo y uno de los elementos del mercado. Y es que en este sector, como en muchos otros, existe algo parecido a la colusión, pactos para repartirse el mercado y no entrar en una guerra de precios que sería nefasta para las empresas que operan en ese segmento. Evidentemente, mi reflexión es la siguiente: si dejamos de repostar en Cepsa y Repsol para hacerlo en la gasolinera de la esquina. Dicha gasolinera que vería colas impresionantes decidirá subir el precio, juego de la oferta y la demanda como sugiere el correo. Si dicha gasolinera de la esquina sube, tú seas del Madrid o del Barça, te guste Cepsa o no, vas a ir a Cepsa a repostar y es que vale un céntimo más barato que la de la esquina.

Con lo cuál, la única solución que veo, y en este caso es muy estructural y no coyuntural, es que el Estado apueste de una vez por todas y muy fuertemente (y si tiene que ser un ente mayor como la UE pues que así sea) es invertir en I+D, crear fuentes de energía alternativas, que sean sustitutivas y que provoque competencia entre carburantes, pues ahora mismo lo único que hay es un oligopolio colusivo. Apuesten por otras energías, incentiven a las marcas que venden coches híbridos, investiguen en otras fuentes que sean renovables, y es que un problema como este que requiere tiempo no se puede solucionar con parches.
Al que creó el correo, le preguntaría que ¿Por qué todo el mundo habla de economía como si fuera de fútbol? Si todo el mundo sabe de economía... ¿Por qué hay una carrera para ello? O es que yo puedo hablar de operaciones a corazón abierto con la misma frivolidad. Sol(y)edad.

No hay comentarios: